Supongamos que llevas toda la vida jugando al ajedrez, lo haces muy bien. Sin embargo, y de repente, el juego cambia. Ahora toca póker, pero tú te sigues presentando a la partida pensando que sigues en el ajedrez. Resultado de la noche: pierdes hasta la camisa.
Por supuesto, quiero hacer constar que no estoy haciendo, ni mucho menos, apología del juego. Pero creo que el símil es muy ilustrativo sobre lo que está ocurriendo en el mundo de los negocios. Porque algo parecido es lo que ha pasado en la actividad económica.
La aparición de internet y la digitalización de todo tipo de procesos productivos y de servicios ha cambiado el entorno en el que nos movemos y sus reglas del juego. Ello implica que no podemos seguir trabajando y dirigiendo personas y organizaciones con viejos paradigmas.
Hoy hay abundancia de textos, publicaciones, cursos (presenciales y digitales), webinars… sobre liderazgo y gestión empresarial o desarrollo profesional. Pero yo pienso que antes de aprender estrategias o recetas para llevar a cabo nuestra actividad, es necesario entender cómo es el mundo en el que vivimos, o lo que es lo mismo, entender las reglas del juego.
Porque una vez que entendamos esas reglas podremos concretar o redefinir nuestra actividad, así como la fijación de objetivos y planes estratégicos. Vendemos productos o servicios para satisfacer necesidades o solucionar problemas a nuestros clientes. En las empresas son protagonistas las personas, que aplican sus contribuciones a través de los procesos.
Los procesos se caracterizan por ser un conjunto de actividades en los que hay «algo» (input) que entra en ellos, otro «algo» que surge de un cliente (entorno), y finalmente un nuevo «algo» que se transforma con la aportación de un valor añadido y que sale del proceso (output). Este nuevo «algo» que sale sirve para satisfacer las demandas y exigencias del cliente (entorno). Pero los procesos que transforman el “input” en “output” han cambiado muchísimo en los últimos años.
En esta columna que me ofrece la Revista Empresarial & Laboral hablaré de gestión, de liderazgo o de la combinación de la creatividad y del pensamiento estratégico para mejorar nuestra competitividad y robustecer nuestra presencia en el mercado. Pero antes de todo ello, como afirmaba anteriormente, tenemos que entender cómo es el mundo en el que vivimos.
Y lo primero que tenemos que entender es que el gran fenómeno que ha cambiado nuestra vida es la llegada de internet y del comercio electrónico. En la Primera Revolución Industrial la aparición de la máquina de vapor, y su uso en el ferrocarril, transformó la vida de nuestros antepasados. El ser humano empezó a “dominar” las distancias, lo que propició un aumento de los movimientos poblacionales y del tráfico de mercancías, con el consiguiente incremento de la actividad comercial y económica.
La aparición de internet y del comercio electrónico nos lleva a un paso más allá: las distancias han desaparecido. Eso significa que hoy solo hay una economía y un único mercado, lo que quiere decir que todas las empresas deben llegar a ser competitivas globalmente, aunque solo fabriquen o vendan en mercados locales.
En los próximos artículos iremos viendo las implicaciones de todo lo expuesto anteriormente, pero para terminar con este escrito, quédate con la siguiente idea: si vivimos en un mundo sin distancias, resulta que puedes vender todo aquello que puedas entregar.
FUENTE: EMPRESARIAL Y LABORAL